La jornada de aquel viernes 2 de septiembre de 1955 prometía ser intensa. Los gaditanos arden en deseos por pisar y disfrutar al fin un estadio que llevaban años pidiendo. Desde 1890, el Cádiz había pasado por innumerables lugares donde concentrarse para jugar. Desde el «Jockey Club» o la explanada de los antiguos Astilleros al ya desaparecido campo de las Balas o el Campo de deportes Mirandilla entre otros. Ahora y tras adquirir unos terrenos en los alrededores de La Laguna, el Ayuntamiento tenía la oportunidad de hacer realidad el sueño.
El estadio Ramón de Carranza estaba llamado a ser el primer gran estadio de la ciudad con una capacidad para unas veinte mil personas y una enorme torre de treinta metros situada en preferencia. Aunque la gran atracción de la inauguración era el partido amistoso entre el Cadiz CF con el FC Barcelona.
El día de su inauguración los actos comenzaban pronto. Ya por la mañana y en esa España en blanco y negro donde la iglesia siempre tenía un hueco en cualquier acto público, una misa en Santo Domingo junto a la Patrona da comienzo a una jornada marcada por la ilusión y los actos protocolarios. La celebración continúa después en el Consistorio con un almuerzo entre directivos y jugadores.
En torno a las 17.30, el obispo Tomás Gutiérrez Díez con la ayuda del párroco de San José, D. Camilo García de Valenzuela proceden a la por entonces habitual bendición. Un rito muy popular en los años del franquismo. Allí asisten además de las lógicas autoridades locales y provinciales, personajes de la talla de Sáenz de Buruaga, el general Ruiz Sáenz de Santamaría o el presidente del Sevilla, Ramón Sánchez Pizjuán.
Tras la bendición la fiesta continúa con el desfile de nada más y menos que mil quinientos atletas del Frente de Juventudes. La música de la Filarmónica Gaditana, banda de cornetas de la Guardia de Franco y la de Educación y Descanso suenan mientras los Grupos de Empresas y los Flechas Navales hacen su desfile. El pendon de la ciudad se iza ante los sones de la marcha de Infantes y las banderas del Movimiento con sus himnos respectivos. La bandera de España tambien ondea en la Torre mientras se interpreta la Marcha Real. Los asistentes al acto no pueden dejar de aplaudir y hasta se emocionan cuando miles de palomas son soltadas y vuelan sobre el flamante estadio. Para rematar la fiesta, una traca valenciana en las inmediaciones del estadio comienza a sonar con fuerza dejando paso a las seis y cuarto al esperado partido de inauguración.
Con un Cádiz CF recién subido a segunda tras doce años en tercera formado por Goyo, Varela, Cuartango, Soto, Tejedor, Pilongo, Mari, Paquito, León, Nené y Ayala I y un potente Barcelona con nombres como los de Ramallets, Seguer, Biosca, Segarra, Flotasch, Bosch, Mandi, Villaverde, Kubala, Suárez y Manchón, era más que lógico que la Copa no se quedase aquí.
De hecho Villaverde, jugador del Barcelona, tiene el honor de marcar el primer gol en el Estadio Carranza. El partido finaliza con un resultado que aúpa al equipo catalán: 0-4, gracias a los goles de Villaverde, Kubala y Luis Suárez. Tras la entrega de la Copa, el espectáculo continúa con una exhibición de aeromodelismo.
@ManoloDevesa / Fotos: Juman
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